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KUBO Mitsue (KUBO Mitsue)
Sexo Femenino   Edad al momento de sufrir la bomba atómica 16 
Fecha de grabación 2005.12.3  Edad al momento de la grabación 76 
Lugar donde fue expuesto a la bomba atómica Nagasaki(Distancia desde el hipocentro:1.4km) 
Hall site Sala Nacional de la Paz en Memoria de las Víctimas de la Bomba Atómica de Hiroshima 
Dubbed in Spanish/
With Spanish subtitles
With Spanish subtitles 
Señora KUBO Mitsue, 16 años en ese momento. Estaba en 4° año en la Escuela secundaria prefectoral para niñas de Nagasaki. Tras el reclutamiento en una fábrica de armamento de guerra, trabajó como empleada en esa fábrica. Durante su trabajo, fue sorprendida por un  destello de luz tan cegador que le traspasó los ojos, así como por un ruido ensordecedor y por una onda explosiva que hicieron temblar la tierra, fue aplastada por los escombros de la fábrica que se había derrumbado. Durante su evacuación, tuvo la desgracia de ver la imagen lamentable de una madre llevando a su bebé totalmente carbonizado.
 
 
En la casa donde tenía alquilada una habitación, había una chica llamada Chii. Ese día, al llegar a la estación de tren, se dijo de repente, « Voy a volverme porque no tengo ganas de ir a trabajar », se volvió a su casa. Teniendo en cuenta lo que iba a suceder, por suerte se volvió a su casa, ya que su lugar de trabajo sufrío más daño que el mío. Cuando llegué a la fábrica, las sirenas de ataque aéreo sonaron. Corriendo a toda velocidad por un camino empinado y con escaleras de piedra, me refugié en un refugio antiaéreo. Este refugio para los escolares estaba instalado en la cima de la colina. Corrí hasta allí, no tenía tiempo. Fue muy duro, ya que había que correr por un camino empinado con escaleras de piedra. Allí, una amiga me dijo en voz baja, acercándose a mi oído: « Parece que el 6, una nueva bomba ha sido lanzada sobre Hiroshima. Algo que explota en el aire. » « Hiroshima ha sido totalmente destruida », dijo. Al escuchar la historia de la nueva bomba por primera vez, le dije con asombro: « Esto da miedo ». Esta bomba explotará algunas horas más tarde sobre nosotros. Ni siquiera me esperé allí un instante. « Es realmente horrible, esa bomba », nos dijimos las dos. La alerta terminó, volvimos a la fábrica.
 
Cuando volvimos al trabajo, sentí como una indescriptible fulguración me iluminaba durante un momento. A continuación, resonó un sonido demoledor como si cállense varios rayos a la vez, acompañado del viento de una onda explosiva. El ruido era muy fuerte, mucho más que él de un tifón. El ruido, la luz y el viento como un tifón, me sorprendieron al mismo tiempo. Fue en ese momento cuando me dejé llevar por todo eso. Tirada en el suelo, perdí el conocimiento. Cuando desperté, oía  por todos lados los gritos de las niñas diciendo:« ¡Mamá, socorro! » Esos gritos me hicieron volver en sí.
 
En ese momento, estaba sepultada bajo una gran cantidad de escombros. Pesaban tanto que no me podía moverme apenas. Al mover la mano un poco, sentí algo grasiento debajo de la barbilla. Pensando que sería la sangre, me toqué la cabeza, que tenía una herida, y era la sangre corriendo, la que me daba esa sensación. Tenía miedo de quedarme allí para siempre, pero me dije « De ninguna manera voy a morir, tengo que seguir viva », traté de tener valor. Sin descanso con todas mis fuerzas, retorcí mi cuerpo entero. Me las arreglé para hacer un agujero debajo de mi cabeza y un rayo de luz entró hasta el lugar donde estaba. Enderezando la cabeza y moviendo mi cuerpo, pude escapar a través de este agujero.
 
Entonces, un estudiante se me acercó corriendo, « ¡No llores! Hay una clínica en la entrada, ve rápidamente para que te curen », me dijo. Yo lo conocía de vista, pero nunca habíamos hablado. En ese momento, sus palabras, convencida de que no estaba sola, me devolvieron la fuerza. Me sentí tranquila porque alguien que conocía estaba allí. Fui a la clínica en cualquier caso que estaba en la entrada, pero estaba lejos de pensar en ello. Del edificio, no quedaba nada, todo eran descampados cubiertos de escombros.
 
Nunca he visto el infierno, pero en ese momento, pensé que el infierno debería ser así. En el suelo se encontraban aquellos a los que la piel se les desprendía, cayéndosele debido a la quemadura, y después a los cadáveres. De hecho, los que habían sido quemados, estaban inmóviles y agachados por todas partes. Entonces, pensé que esto era exactamente una escena del infierno. Debajo del techo, oí gritos como:\N« ¡Ayuda! ¡Socorro! » Pero nadie podía salvar a nadie. Ya que todo lo que podíamos hacer era encontrar la manera de salir. Todos trataban de salvarse desesperadamente.
 
Durante mi evacuación de la colina, me encontré por casualidad con la señorita HASHIMOTO. Ella es la que me había hablado en el refugio antiaéreo de la nueva bomba de Hiroshima. Desde aquel momento, juntas, nos habíamos salvado de un lado a otro de la colina. Entonces, se oyó el ruido ensordecedor de otro bombardero. Destellos, ruido, ondas de la explosión... Teníamos miedo de verdad a otro bombardeo como el de antes. Corriendo con « ¡miedo! », llegamos a un extenso campo. Allí, siempre cogidas de la mano, no sabíamos dónde ir. Porque no había un lugar para escondérnos. Entonces, un joven que llevaba un casco con bandera nacional apareció detrás de un arbusto y nos llamó « ¡Venid aquí!,¡Es mejor ! » Aferrándonos a la menor esperanza, fuimos rápido junto a él para esperar que ese bombardero se alejase. Después, seguimos a ese joven.
 
Entró en los bosques en lo alto de la colina y lo seguimos para encontrar refugio. Dentro de los bosques, se estaba tan fresco que nos sentimos bien, pero a partir de ahí, podíamos ver toda la ciudad de Nagasaki transformada en un mar de fuego. Al principio, columnas de fuego que se elevaban por todos lados. Después, el fuego se extendía progresivamente por toda la ciudad, que finalmente se convirtió en un mar de fuego. Un hombre que llegó al bosque, medio desnudo, estaba con los brazos cruzados, mirando todo Nagasaski en llamas. Dijo en voz alta, « ¡Vamos a perder la guerra! » Luego, ya que no podíamos quedarnos allí para siempre, nos fuimos del bosque. Entonces fue cuando vimos aún más escenas miserables.
 
【Una fila heridos】
Vi gente caminar en fila, unos detrás de otros. Todos tenían la piel desprendida a causa de la quemadura. Quemados a partir de los hombros, si bajaban los brazos, su piel podría tocar el suelo. Para evitar esto, levantaban los brazos de esta manera y caminaban con la piel desprendida. Supongo que sufrían. En aquella fila, vi a una madre, que llevaba a un bebé totalmente carbonizado,  caminar de forma miserable. Detrás de los arbustos y de los terraplenes, aquellos, que supongo, llegaron a pie con todas sus fuerzas, decían « Dadme agua », con una voz muy débil. Nos tendían la mano para pedírnosla. Pero no podíamos hacer nada por ellos porque no había agua en lo alto de la colina. Desconsolados en el fondo del corazón, continuamos el camino la para bajar de la colina.
 
Caminando con desesperación, al fin llegamos al centro de la ciudad. La casa de la señorita HASHIMOTO estaba cerca, y nosotras pasamos primero. Como mi casa, ubicada en Junín-machi, no estaba muy lejos del centro, le dije: « Puedo volver sola, tú, vuélvete a casa », pero con sus palabras « Vamos hasta tu casa », ella era muy amable por acompañarme cerca de Junin-machi. En ese momento, el sol se estaba poniendo y ya estaba oscureciendo.
 
Cuando llegué a casa, la dueña de mi pensión se alegró mucho. « Estoy feliz porque has vuelto sana y salva», me dijo. Su hija Chii que había salido conmigo esa mañana ya había regresado a casa. Ella me confesó sus preocupaciones: « Sólo mi hija había regresado : ¿Qué podría hacer si algo le ocurrido a la señorita TAKENO (mi apellido de soltera)? » « No sabría cómo disculparme con tus padres. » Ella mostró una verdadera alegría por mi regreso. Chii también estaba contenta por mi regreso. Después me dijo: « Lo siento por haberme vuelto sola ».
 
Esa noche, tenía náuseas y ni siquiera podía comer una papilla de arroz. Sólo podía comer ciruelas saladas « umeboshi », que eran muy buenas. Con té verde, me tomé dos, creo. A partir de ese día, durante una semana aproximadamente, solo tomé umeboshis y té sin comer nada. Incluso ahora, tomo umeboshi cuando no me siento bien. Para mí, los umeboshi me han salvado la vida, y me alegro de verdad.
 
【De vuelta al pueblo natal】
Mis padres viven en Miiraku y decidí volver a casa porque encontré un barco que iba allí. Estaba muy feliz. En el barco, había algunas personas que conocía. Como mi tío vivía en Tomie, donde una de las personas iban a desembarcar pregunté si podía hacerme un recado, decirle a mi tío que estaba en el barco. Sin duda esa persona había hecho el recado, cuando llegué al puerto de Miiraku, Mi madre me esperaba con una bola de arroz muy redonda, tan grande como un balón, al final, era una bola de trigo a falta de arroz en aquel momento. La distancia entre el puerto y la casa eran de 4 km. Ese sofocante día de verano, ella parecía haber corrido más rápido puesto que estaba completamente empapada en sudor con el bola en la mano. Hambrienta como siempre, me gustó mucho mientras  repetía « Esta bueno ». El sabor de aquella bola, nunca lo he olvidado.
 
【El estado de salud desde entonces】
Una semana después de mi regreso, comenzaba de nuevo a sentir náuseas. El pelo se me cayó y seguía teniendo un poco de fiebre. Mirando hacia atrás, todo esto eran los síntomas de la radiación por la bomba atómica. Tenía fiebre y me sentía cansada, este estado se prolongó durante aproximadamente 1 mes. De mi instituto no había noticias, y permanecí convaleciente durante todo mes de octubre. Pero estaba empezando a preocuparme por mis estudios, y regresé al instituto al final de octubre. Era 1 de noviembre cuando volví. Retomé mis clases con dificultad debido a que tenía un retraso de algunos meses.
 
【Mensaje】
La guerra es algo que han provocado los seres humanos. La bomba atómica, también, son seres humanos los que la inventaron y la utilizaron. Y ha privado de la vida a un gran número de personas. Creo que la humanidad tendrá seguramente una manera de evitar la guerra que ha provocado ella misma. Debemos evitarla a toda costa. La fuerza de cada uno de nosotros es realmente pequeña. Pero si todos unimos nuestras fuerzas, tendremos un gran poder. Con este gran poder, tenemos que garantizar la paz y hacer desaparecer de las armas nucleares. Quiero ver un mundo sin guerra. Nunca se debe olvidar el horror de la guerra nuclear, de la bomba atómica. Cuando nosotros los Hibakusha nos volvamos viejos y muramos, no habrá nadie que pueda hablar de la bomba atómica. Me preocupa que esto caiga en el olvido. Nunca se deberá olvidar y nunca deberá hacer la guerra.
 
 
Traducción : Tsuyoshi KIDA
Supervisión: Laura-Anca PAREPA, Martine FARACO
Coordinación : NET-GTAS (Network of Translators for the Globalization of the Testimonies of Atomic Bomb Survivors)
 
 
 

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